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mayo 29, 2025

Energía nuclear: entre el miedo, la desinformación y los hechos

El pasado 24 de mayo, durante su discurso de posesión, el presidente Daniel Noboa anunció que enviará a la Asamblea Nacional un proyecto de ley de energía nuclear. Aunque la propuesta aún no se ha presentado formalmente, ya circulan mensajes que evocan catástrofes nucleares. Pero, ¿qué se planea realmente? ¿Qué riesgos existen? ¿Y qué dice la ciencia?

Primero lo primero: ¿cómo funciona la energía nuclear?

La energía nuclear que se usa para generar electricidad proviene de un proceso llamado fisión nuclear, que ocurre cuando el núcleo de un átomo —usualmente de uranio— se divide en partes más pequeñas. Este proceso libera energía en forma de calor y radiación. El calor se aprovecha para calentar agua, generar vapor y mover turbinas que producen electricidad. Así funcionan los reactores nucleares.

El uranio es clave en este proceso. Se trata de un elemento químico que se encuentra de forma natural en la Tierra y que, por sus propiedades radiactivas, es ideal para este tipo de generación energética.

¿Ecuador tiene uranio?

Sí. Aunque muchos lo desconocen, Ecuador fue identificado en 1978 como parte del grupo de países en desarrollo con potencial para explorar y producir uranio. Investigaciones más recientes, realizadas por la Comisión Ecuatoriana de Energía Atómica (CEEA) en 2008, detectaron cinco zonas con indicios importantes de uranio:

  • Loja (El Limo–Scapalaca)
  • Azuay (Cuenca)
  • Napo (Baeza)
  • Morona Santiago (Makuma)
  • Zamora Chinchipe (Zamora)

De hecho, ya en 2009 Ecuador participó en un proyecto regional enfocado en la exploración de este recurso estratégico, pero nada se concluyó.

Imagen: Escuela Politécnica Nacional

¿Energía nuclear en Ecuador?

Sí, eso es lo que propone el gobierno de Daniel Noboa. Pocos días después de reunirse en Quito con el director del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), Rafael Mariano Grossi, el Ejecutivo anunció la intención de ir en esa dirección.

Ecuador ya firmó dos acuerdos con el OIEA para explorar el uso pacífico y sostenible de la energía nuclear. Según la ministra de Energía, Inés Manzano, estos acuerdos son clave: ningún país puede operar con energía nuclear sin estar previamente autorizado por el organismo.


El objetivo principal es sumar la energía nuclear al sistema eléctrico nacional. Pero también se prevé su aplicación en sectores como la salud, la agricultura, la gestión del agua y la protección ambiental.

El OIEA brindará asistencia técnica, capacitaciones, asesoría en seguridad, revisión de infraestructura y apoyo en caso de emergencias.

¿Qué se viene?

Aunque la intención está clara, todavía queda mucho por recorrer. Para que Ecuador pueda generar energía nuclear, es necesario un nuevo marco legal. La ley fue anunciada por Noboa, pero aún no tiene fecha de presentación. Lo que se sabe es que el proyecto ya está en elaboración y primero será revisado por el OIEA antes de llegar a la Asamblea Nacional. Este incluirá normas de seguridad operativa y aspectos técnicos clave.

Actualmente existe una Ley Nuclear en el país, pero fue creada hace más de 46 años y se enfoca únicamente en el ámbito de la salud. La nueva ley buscará actualizar y ampliar el uso de la energía nuclear con fines pacíficos.

Los pasos que seguirán incluyen:

  • Presentación y aprobación de la ley
  • Creación de entidades reguladoras
  • Convocatoria para seleccionar una empresa proveedora
  • Instalación de equipos
  • Pruebas técnicas
  • Inicio de operaciones previsto para 2029

¿Tendremos una mega central nuclear?

No, al menos por ahora. La iniciativa del gobierno es la construcción de reactores compactos nucleares, conocidos como SMR (Small Modular Reactors), con una capacidad de 300 megavatios. No se construirá una central de gran escala, como las que producen gigavatios, pero si se necesita de una infraestructura especializada a menor escala con sistemas de seguridad, licencias y regulaciones.

¿Cuáles son las diferencias?

Estos sistemas, según el OIEA, incluyen mecanismos de seguridad pasiva:

  • Pueden enfriarse solos en caso de emergencia sin intervención humana ni electricidad.
  • Se construyen en módulos sellados, a menudo bajo tierra.
  • Su desarrollo ya se ha implementado en países como Argentina, Canadá, China, Francia, India, Rusia, Corea del Sur, Reino Unido y Estados Unidos.

Una de sus principales ventajas es que son prefabricados, lo que permite reducir significativamente los tiempos de construcción, que pueden ir desde seis meses hasta cinco años. Sin embargo, aunque sus diseños han evolucionado con altos estándares de seguridad, la energía nuclear sigue implicando riesgos inherentes, que requieren una supervisión rigurosa y continua.

¿Cuántos reactores se planean instalar y dónde?

Según el viceministro de Energía, Fabián Calero, en declaraciones recientes con Youtopia, Ecuador evalúa instalar los cuatro reactores compactos en Santa Elena, aunque aún están evaluando el terreno. Para ello se están considerando factores como la sismicidad, impacto ambiental y aceptación social del territorio.

Ya se han iniciado contactos con posibles proveedores en Estados Unidos, Francia y Corea del Sur, y se analiza un convenio de adquisición país a país.

¿Puede explotar un reactor como una bomba nuclear?

No. Los reactores nucleares para generar energía eléctrica y las bombas nucleares son tecnologías completamente distintas, la una se basa en la fisión controlada y la otra en explosiones. Un reactor no contiene ni el tipo ni la cantidad de material necesario para causar una explosión nuclear.

Es cierto que el término “nuclear” provoca temor por accidentes como Chernóbil (1986) y Fukushima (2011), pero ambos ocurrieron en centrales nucleares de gran escala, no en reactores compactos.

  • En Chernóbil, una prueba mal ejecutada provocó una explosión de hidrógeno por sobrecalentamiento, agravada por fallas de diseño y ausencia de medidas de contención. Según la ONU, 31 mil personas murieron en el momento y más de 8 millones de personas estuvieron expuestas a radiación.
  • En Fukushima, un terremoto y un tsunami desactivaron los sistemas eléctricos y el enfriamiento, lo que derivó también en explosiones de hidrógeno. Según National Geographic, 18.500 personas murieron en los tsunamis, pero la cifra sobre fallecidos relacionados al accidente nuclear es incierto.

Ambos accidentes nucleares dejaron devastadores efectos ambientales que hasta la actualidad persisten.

¿Y qué garantías se deben dar?

El Estado debe resolver y cumplir con 19 puntos para prevenir problemas, entre las que se destacan:

Aunque las autoridades de Ecuador indican que el funcionamiento del primer reactor está previsto para el año 2029, la OIEA establece que todo programa de desarrollo nuclear, incluido el SMR, puede durar entre 10 a 15 años, hasta la puesta en servicio de la primera planta y se debe adquirir un compromiso de 100 años.

Fuentes: