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abril 18, 2025

Ajolote en Ecuador: Lo que debes saber sobre esta especie exótica y sus riesgos

A primera vista, parecen sacados de una película animada: pequeños, de sonrisa permanente, con branquias externas que parecen flores en movimiento. El ajolote ha conquistado redes sociales, camisetas, tazas, peluches. Pero tras esa ternura viral se esconde una realidad que, en Ecuador, enciende las alertas ambientales.

Aunque son originarios de México y están en peligro crítico de extinción, en Quito ya se han decomisado más de 80 ajolotes en lo que va del 2024, y el Zoológico de Guayllabamba cuida actualmente a 19 ejemplares rescatados, todos producto del tráfico ilegal de fauna.

¿Cómo llegaron hasta aquí? ¿Y por qué representan una amenaza?

Una mascota exótica que nunca debió cruzar la frontera

El Ambystoma mexicanum, nombre científico del ajolote, es un anfibio endémico del sistema lacustre de Xochimilco, en Ciudad de México. A diferencia de otras especies, el ajolote conserva características larvales durante toda su vida (como sus branquias externas), lo que lo hace único en el mundo. También es famoso por su capacidad de regenerar extremidades, órganos e incluso parte del cerebro.

Pero fuera de su hábitat natural, el ajolote no es una mascota inofensiva. En Ecuador, donde no existen regulaciones claras sobre la tenencia de anfibios exóticos, su venta y reproducción se ha vuelto un fenómeno silencioso: ventas en la web, redes sociales y tiendas que los ofrecen como si fueran peces de colores, pese a que está categorizada como Cites, Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestre, es decir, su comercio se encuentra regulado y los sitios de distribución del Ambystoma deben contar con los respectivos permisos y documentación que acrediten la comercialización de este tipo de especie.

Del estanque al ecosistema: el riesgo de una especie invasora

El problema no termina en el comercio ilegal. Muchos de estos animales son abandonados cuando crecen más de lo esperado o cuando sus dueños no saben cómo cuidarlos. Y es allí donde el riesgo se vuelve ambiental.

Si un ajolote es liberado en cuerpos de agua naturales, puede convertirse en una especie invasora con graves consecuencias:

  • Se alimenta de invertebrados, huevos y larvas de otras especies, alterando las cadenas tróficas.
  • Compite por alimento y espacio con especies locales de anfibios.
  • Puede introducir patógenos peligrosos, como la quitridiomicosis, una enfermedad que ha diezmado poblaciones de ranas en todo el mundo.

Ecuador es uno de los países con mayor diversidad de anfibios del planeta, y también uno de los más vulnerables a la introducción de especies no nativas. Casos como el de la rana toro, ahora considerada plaga en ciertas zonas de la Amazonía, muestran que los efectos de estas introducciones pueden ser irreversibles.

¿Qué son las especies exóticas invasoras? / Inabio.

Cifras que preocupan

En 2023, la Unidad de Bienestar Animal (UBA) del Municipio de Quito registró el decomiso de 224 ajolotes. La mayoría estaban en condiciones precarias: sin los cuidados necesarios, en espacios inadecuados, con enfermedades o malnutrición.

En lo que va del 2024, la cifra ya supera los 80 ejemplares, decomisados gracias a operativos conjuntos con la Policía Ambiental.

El Zoológico de Guayllabamba, desde 2022 ha recibido por entrega voluntaria e incautación de las autoridades esta especies y actualmente, están en su custodia alrededor de 19 ajolotes, de los cuales ocho se encuentran en exhibición al público y las otras en evaluación veterinaria y cuarentena.

En el caso del ajolote, se debe tener conciencia sobre el ambiente adecuado al que deben ser expuestos para su conservación, su dieta y los recursos que estos sugieren para su manutención. 

Debido a las exigencias que implica su mantenimiento, existe un riesgo potencial: que las personas, incapaces de proporcionarles los cuidados necesarios, decidan liberarlos en ambientes naturales. Esta acción, lejos de ser un acto de compasión, puede provocar graves alteraciones en la biodiversidad local.

La solución empieza en la conciencia

El ajolote está protegido por el Convenio CITES, que regula el comercio internacional de especies en peligro. Sin embargo, la falta de educación ambiental y control efectivo permite que su tráfico continúe.

Comprar ajolotes en Ecuador no solo alimenta una cadena ilegal, sino que puede contribuir a un problema ecológico de gran escala.

La mayoría de personas adquieren estos animales porque les parecen adorables o exóticos, sin considerar que requieren cuidados especializados y que su presencia en nuestro entorno puede tener efectos impredecibles.

Cuidar lo nuestro también implica decir no

En un país donde la biodiversidad es uno de sus mayores patrimonios, proteger los ecosistemas implica decisiones individuales. Decir no a una mascota exótica, por más linda que parezca, puede ser un acto de responsabilidad. Porque un ajolote fuera de México no es un símbolo de ternura: es una señal de alerta.

Fuentes: