Qué observan —y qué cuestionan— las misiones internacionales sobre el Referéndum
El Consejo Nacional Electoral acreditó a 972 observadores, de los cuales 93 fueron internacionales, incluyendo la participación de expertos, delegados diplomáticos y misiones internacionales, entre ellas la Asociación Mundial de Organismos Electorales (A-WEB), la MOE/OEA, UNIORE, y la Asociación de Magistradas Electorales de las Américas (AMEA).
1. Una jornada tranquila, pero marcada por tiempos apretados
Ambas misiones coinciden en que el día de la votación transcurrió con normalidad.
La OEA reporta que la mayoría de recintos abrió puntual y que la transmisión de actas fluyó sin mayores contratiempos. UNIORE describe una jornada ágil, sin filas y con una participación cercana al 80 %, similar a procesos previos.
Pero detrás de esa normalidad hay un punto compartido: el proceso se levantó sobre tiempos muy ajustados. Las convocatorias llegaron de manera escalonada y ninguna de las cuatro preguntas alcanzó el plazo de 60 días que exige la normativa. Todo quedó comprimido en un calendario que dejó poco margen para informar, debatir y contrastar.

2. Capacitación: avances, pero con brechas en el escrutinio
UNIORE reconoce avances en la preparación de los Miembros de Junta Receptora del Voto.
La OEA coincide en que la elección era técnicamente sencilla, pero insiste en una dificultad que se repite elección tras elección: el escrutinio no siempre se realiza igual en todas las mesas, y tener dos JRV por aula sigue generando confusiones.
Ambas misiones apuntan a lo mismo: hay que seguir afinando el momento más delicado del proceso, el que da forma final a los resultados.
3. Papeleta y diseño: ¿claridad o saturación?
Aquí las lecturas difieren, las misiones no ven exactamente lo mismo:
- Para UNIORE, la papeleta estaba clara, con colores diferenciados y letra legible.
- Para la OEA, el problema no fue el diseño, sino la cantidad de contenido en una sola boleta: cuatro temas distintos, cada uno con anexos que quedaron al reverso en una letra demasiado pequeña como para consultarla en tiempo real.
Las dos observaciones pueden convivir: la papeleta era visualmente entendible, pero no necesariamente ayudaba a comprender la complejidad de cada pregunta.

4. Campaña en cámara rápida: inequidad y falta de tiempo
Este es el punto donde ambas misiones suenan más firmes:
- Las MOE coinciden en que la campaña de 13 días fue demasiado corta y coincidió con un feriado extenso.
- Los actores políticos —en ambos lados— tuvieron dificultades para informar adecuadamente a la ciudadanía.
- Organizaciones entrevistadas por UNIORE describen un clima de descalificaciones y desequilibrio en la contienda.
- La OEA añade que ninguna de las cuatro preguntas cumplió con los 60 días que exige la norma para procesos de democracia directa.
El resultado: un proceso legalmente viable, pero políticamente acelerado.
5. Funcionarios en campaña: vacíos normativos y tensiones
La OEA identifica un problema que se repite en cada consulta: el Código de la Democracia no define con claridad cómo deben participar funcionarios públicos en ejercicios de democracia directa.
Aunque el presidente y varios asambleístas pidieron licencia parcial, las misiones observan:
- Mensajes oficiales en redes incluso en silencio electoral,
- Uso desigual de vocerías,
- Incertidumbre sobre el límite entre gestión y campaña.
UNIORE recoge estas percepciones directamente de organizaciones políticas y sociales.
6. Desinformación y narrativas digitales: una alerta fuerte
La misión de la OEA dedica un apartado amplio al impacto de la desinformación digital en el 16N. Y para describir lo que ocurrió, recurre a los datos de organizaciones especializadas que monitorearon la campaña como Lupa Media.
Nuestro reporte —publicado el 14 de noviembre— documentó cómo buena parte del contenido viral durante esos días mezcló emociones, afirmaciones engañosas y elementos generados con inteligencia artificial. La OEA utiliza estos hallazgos para mostrar la magnitud del fenómeno y para sustentar sus recomendaciones sobre alfabetización digital y acción institucional frente a la desinformación.

No lo mencionan como anécdota, sino como insumo técnico para entender qué pasó en la conversación digital. Para un medio independiente y emergente, este reconocimiento subraya la importancia del trabajo de verificación en contextos altamente polarizados.
7. Seguridad y estado de excepción
- La OEA vuelve a insistir en que realizar procesos electorales bajo estado de excepción —como ha ocurrido en todos los comicios desde 2023— puede alterar condiciones del proceso.
- UNIORE, por su parte, destaca el rol ordenado de policías y militares durante la jornada.

8. Voto en el exterior: baja participación y logística compleja
La OEA advierte que:
- Solo votó cerca del 20 % de personas habilitadas.
- Hubo zonas cerradas en Venezuela, Cuba, Rusia y Bielorrusia.
- Los MJRV en el exterior no tienen acceso equivalente a la plataforma de capacitación.
UNIORE no aborda en detalle esta modalidad.
En resumen: ¿qué imagen conjunta dejan los informes?
- Técnicamente sólido el día de la votación, pese a tiempos reducidos.
- Capacitación mejorada, pero aún insuficiente para estandarizar escrutinios.
- Campaña extremadamente corta, con efectos claros en equidad e información.
- Vacíos normativos sobre participación de autoridades que generan tensiones.
- Desinformación activa y uso intensivo de IA que influyó en el debate público.
- Retos persistentes en voto exterior y diseño de papeletas para ejercicios complejos.
Es decir: un proceso estable en la ejecución, pero estresado en el contexto.
Fuentes:
Citadas en el texto